Veo gente bonita, la música: muy agradable...
Los anfitriones derrochan amabilidad... ¡que a gusto!....
Media hora mas tarde, percibo en los rostros lo mismo: una sensación de vacío, una quietud incómoda por la expectativa...
¿Me invitarán a bailar?
...¿Me harán conversación, al menos?
Otros ya disfrutan del compás que llevan sus cuerpos, bien acoplados al ritmo de la música... ¿Y yo?...
¡NO SE VALE, NO SE VALE!
... Solo fui como muñequita de aparador a exhibirme por un rato...
Insisto... ¡No se vale!