sábado, 13 de junio de 2009

"DE LA CALLE"... Para pensar...



"¡Que fàcil es solo decir DESCUIDA, ES SOLO UN NIÑO DE LA CALLE, o... PARECES CALLEJERA....

Esas palabras que pueden sonarnos tan frías, llevan implícitas una verdad que nos golpea si nos detenemos y analizamos...

La calle nos suena a libertad, desapego, no-pertenencia; y así es: en la calle estamos expuestos, sin muros que nos rodeen o un techo que nos proteja de lluvia, viento o sol, y rodeados a veces de decenas de transeuntes que no significan nada en nuestros afectos ni emociones, solo entes que nos cierran el paso, que tropiezan torpemente con nosotros, o que nos dirigen alguna palabra de injuria hoy, mañana de gentileza, pero todos seguimos nuestro camino...

De cuando en cuando, con rumbo a un centro comercial de la Av. Costera en esta ciudad, veo a una chiquita de apenas unos dos años jugando sola en la banqueta. Parece un muñeco de cuerda, moviéndose sin guía en ese cuerpo tan pequeñito. Siempre está sucia y descalza y da miedo pensar que un día, como cualquier chiquillo, en un arranque de alegría, querrá atravesar la calle sin mirar. Pero ella jamás corre, jamás ríe a carcajadas, solo camina de un lado a otro con pasitos cada vez mas seguros porque está creciendo. Un varón, el papá, supongo, entre el ALTO y el SIGA, corre hacia donde ella está ocasionalmente, pero jamás la mira. Mas bien parece decirle en su lenguaje corporal -NO ESTORBES- mientras no quita la vista de otros autos a los que pueda limpiar el parabrisas. A la madre no la he visto ninguna vez, no sé si exista, no sé que haga...

Yo crecí con mis padres y hermanos, y en las casas contiguas vivían mis tíos, sus cuatro hijos y en la otra mis abuelos. Me abrazaron mucho, y en esos ratos de desconsuelo, año con año por motivos diversos, me abrazaron cuatro paredes, y sé que por eso, ante cualquier circunstancia, busco volver a MI LUGAR, uno que yo decoré, o que yo amueblé, donde están mis objetos, mis pertenencias y recuerdos, y en el que me siento segura. Esa chiquita, está creciendo en las maceteras de la tienda de Mamá Lucha...y no la abraza nadie...

A aquel "de la calle", ¿lo abraza un bote transparente asido con desesperación a su boca-nariz?... y la CALLEJERA ¿se sumerge en los cuerpos de otros, de muchos, para sentir que está DENTRO por un instante?...

Sus paredes ¿son las de un hotelucho o aquellas del canal de drenaje por donde reptan bichos y escurren líquidos sospechosos?...

Esa nena, no sé como describirlo pero... a su tan corta edad, ya tiene esa mirada perdida que vemos en tantos y tantas DE LA CALLE... como viendo hacia ninguna parte, como sin fijarla en ningún punto... porque no tienen hacia donde mirar; la misma que adoptamos casi todos cuando nos topamos con ellos...

Dijeron NO LES DES UNA MONEDA PORQUE LE DARAN MAL USO, MEJOR REPORTALOS A UNA INSTITUCION... y creo que ahora me alejo de ellos con mas desazón en el interior, sintiendo que ni les ayudo yo ni nadie...

Señor, te agradezco infinitamente habernos dado techo y comida y que lo sigas haciendo cada día, y -por favor- toma entre tus manos a todos aquellos que hoy, dormirán a la intemperie porque son DE LA CALLE...



Reflexiva Fer.

P.D. Perdón por el momento amargo. Un beso para ustedes.

No hay comentarios: