En mis tiempos, nuestras madres y abuelas nos obligaban a aprender a bordar... ¡uy, y pobre de aquella que se negara!... siempre nos decían que una buena mujercita de su casa sabía todas las labores domésticas, y también bordar...
...¡Y es una labor tan noble!... siempre hay que guardar mucho respeto y cariño por los hilos y sus secretos...
¡Sabrá Dios en que se mete esa niña!... Se la pasa con esas cosas en la cabeza... ya le dije -¡Muchacha, vas a quedar sorda!....
Luego parece loca porque de repente a media sala "pega" unos alaridos que asusta..
¡Y luego!, de que se agarra de ese aparato del demonio, ¡no hay quien la despegue de el!...
No sé que le ven... Parece que les pegan los dedos con cemento... ¡Y así andan mis otros nietos también!... El otro día fui a casa de Rosa María y el Gordo y la chiquita parecían hipnotizados pegados a esas cosas...
¡Y mis hijos que no hacen caso!... Ya les dije que ese aparato les va a torcer la mente más de lo que ya la tienen....
¡Aaaaahhh, pero allá ellos!.... Tan noble que es esta labor de bordar..."
-¡Fer!, ¡niña!... se va a enfriar la cena....
"¿Dónde andará?.... mmmm y aquí dejó el aparatito este... ¿para qué será este botón?...
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