martes, 7 de julio de 2009

TEMPORADA DE LLUVIAS...

La lluvia vuelve a besar mi tierra con promesas... Promesas para la siembra, para las ávidas cosechas que esperaban saciar su sed; promesas para los campesinos que han puesto sus esperanzas en los sembradíos; promesas para los chiquillos que inocentemente ruegan a Tláloc porque derrame su fuerza y se suspendan las clases...

Aquí está Fer, esperando la mínima gotita de agua para tirar el paraguas y disfrutar de un buen chubasco...



... y mientras este llega, le vienen recuerdos de las lluvias pasadas...



... de la vez que salió muy coqueta hacia el cine, muy cómoda en sus sandalias plateadas y su falda nueva, sintiéndose muy chic, y al salir de la función llovía tanto que la falda perdió el encanto de su textura y el flamante calzado por poco fué arrastrado en la fuerza de la corriente...



O de la vez en la que suspendieron el servicio de agua por mas de diez días y con la llegada de la primera lluvia, salió a mojarse descaradamente y sentir las gotas frías empaparla toda, y cuando le vino un leve ataque de pena, descubrió para su alegría que muchos otros vecinos - gordos y flacos, ancianos y niños, habían salido a las banquetas en una fiesta de agua olvidando el insoportable calor...



Pero tal vez el recuerdo mas vivo fué el del reciente festejo planeado con mucho tiempo de anticipación, con la confirmación de amigos queridos, viejos amigos y amigas, todos en espera del fin de semana para deshinibirse en la pista, moviéndose al ritmo de los sones mas pegasos de estos días y se encontraron en medio del bar, refugiándose a medias en una corniza, cuerpo contra cuerpo en medio de una de las lluvias mas torrenciales que llegaron al puerto, con las ropas escurriendo, temblando de frío y algo de sorpresa por el retumbo de los fuertes truenos...Eso sí: con la música a todo volúmen... ¡Vaya festejo!!!...



Ahora, la lluvia también es la promesa de que la temperatura bajará y entonces, Fer podrá, por unas horas, que su computadora no se quejará tanto por el calor, reanudar su segunda vida, cruzar dos o tres palabras con sus amigos, pegar su nariz en los aparadores (porque es lo único que hace ahora que decidió cancelar las SLcompras), y, si el tiempo lo permite, visitar algún nuevo lugar que recomienden por ahí, y no solamente entrar los consabidos dos o tres minutos en los que casi siempre deja hablando sola a su prima...

Mi padre nos dijo siempre, cuando niños, a mis hermanos y a mí, que si el fuera asistente de Dios, le sugeriría distribuir mejor las lluvias, porque en algunos lugares hay inundaciones y en otros grandes sequías... y aún pienso mucho en ello cuando veo llover...

Así y todo, la lluvia siempre es el preludio de vida nueva. Agradecida por la lluvia, aquí la espero...

No tardes, agüita...

Fer se despide y los abraza donde quiera que se encuentren.

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