miércoles, 5 de marzo de 2008

UNA CARTA...¿Suerte o destino?...

Querida Fer:


Ya que a veces hacen comentarios en tu blog, solo escribo para saber si alguien da una opinión sobre mi carta. Quisiera saber qué clase de "fenómeno" ocurre o que fuerzas intervienen cuando ocurren cosas que parecen predestinadas a ocurrir. Estoy hablando de aquello de "a quien hace el bien le va bien" y lo contrario si hacen mal.


Te cuento: Hace mas o menos dos años tomé un taxi poco antes de las 10 p.m. Le pedí que me llevara a un lugar poco conocido en mi ciudad. Te comento que había mucha gente por las calles, muchos necesitando un taxi y yo tuve la "suerte" de que éste se parara cuando lo pedí. Ya arriba observé que el conductor era un anciano. De verdad, tenía manos atríticas, poco pelo y pocos dientes. Como ya estaba arriba del auto, aunque el chofer no estuvo muy de acuerdo con la dirección a la que yo iba, me llevó, eso sí: a regañadientes todo el camino. Es más, se pasó un par de altos y en las curvas invadía el carril contrario, y si le reclamaban algo él contestaba más molesto aún. Todo terminó en que cuando le pagué con un billete del cual debía darme cambio, mientras yo acomodaba mis paquetes en la banqueta, el anciano arrancó a toda velocidad quedándose con todo el billete. La verdad es que en lugar de maldecir o molestarme me dió risa pensar en que, tal vez, a un jovencito le produce emoción hacer esto, pues representa cierto reto, pero en ese momento pensé que este hombre, que estaba más cerca de "rendir cuentas allá arriba" debería guardar un comportamiento mas... honesto.


Mas o menos un mes después volví a tomar un taxi, esta vez, del centro de la ciudad a casa. Al momento de abordar le había preguntado al chofer si tendría cambio de un billete grande y dijo que sí, pero en monedas. Al llegar a casa pagué y el señor me devolvió muchas monedas, las cuales no conté hasta dos o tres horas después. Cuando terminé me di cuenta de que el hombre me había dado la misma cantidad de mi billete mas veinte pesos mas en monedas; es decir: no sólo no me cobró el servicio sino que además me dió una generosa propina. Mis familiares dijeron que esa acción era el premio al incidente que me había ocurrido con el anciano.


Pero esto no es todo; ahora te cuento la otra cara de la moneda, una en la que yo obré mal y coseché lo que sembré. Trabjaba en una empresa de servicios cotizados en dólares. De los precios cobrados se entregaba un porcentaje a los propietarios y la empresa se quedaba con una pequeña comisión. Varios años después de trabajar con toda honestidad y devoción para mis patrones, de pronto un día, molesto por no recibir un ascenso prometido, el demonio de la tentación llamó a mi oído: empecé a sobrepreciar los servicios, de modo que yo me quedaba con el sobreprecio, la empresa con su comisión y el propietario con su tarifa regular. Me sentía inocente: yo no estaba robando a nadie.... ¡efectivamente!, no estaba robando, pero estaba cometiendo abuso de confianza.


De pronto un día, ante el aviso de una auditoría próxima decidí renunciar, de manera que nadie se enteró jamás de mis malos manejos. ¿Qué ocurrió quince días después de mi renuncia?.... Un huracán destruyó una parte de mi casa, así que aquella cantidad que había reunido en el banco producto de mis astutos negocios, se esfumó en reparar los daños.


¿Coincidencia, destino, castigo?... Lo que resultó de todo ésto es que me arrepentí mucho de lo que hice y ahora me es muy difícil incluso decir una mentira.


Me gustaría saber qué opinas tu o alguien de tus amistades. Gracias por leer y publicar mi carta.



Firma:


Deli N. Quente.



Querido Deli:


Yo soy una de esas personas que cree fervientemente en que "cuando obras bien recibes una recompensa". También creo en que si obras mal habrá un resultado que no es favorable. Ya sabes: a toda acción hay una reacción.


Claro, cuántas veces no hemos visto por todos lados personas que cometen toda clase de delitos y andan por ahí viviendo como reyes y presumiendo de su bienestar, aunque honestamente creo que no viven en paz.

Luego está algo que mi prima Marga me menciona mucho últimamente: La poderosa Ley de la Atracción... una interesante teoría sobre lo que queremos lograr y lo visualizamos, y en un período relativo de tiempo, nos llega.


Dejo tu carta a la opinión del que guste comentar algo para ti. Gracias por contribuir con este blog y finalmente te digo que creo que si decidiste, tras esa experiencia, ser más honesto y transparente, en la medida en la que quieras, vivirás con mas tranquilidad, menos sentimientos de culpa y demás, así que elegiste bien.



Recibe un beso.



Fer.

1 comentario:

Juan Camaney dijo...

Así es, desde el Karma hasta las Leyes de Newton, jeje, lo apoyan. Te recomiendo que veas la serie "My Name is Earl", aparte de que te das una tremenda divertida, te pone a reflexionar.... Te amo Fer